Obispado
Suicidio


“Suicidio”, Recursos para orientar, 2020.

“Suicidio”, Recursos para orientar.

Suicidio

Vaya a la sección “Suicidio” en LaIglesiadeJesucristo.org o en la aplicación Biblioteca del Evangelio para consultar las líneas telefónicas de ayuda gratuitas de varias partes del mundo y recursos para ayudar a las personas que tienen crisis relacionadas con el suicidio.

El suicidio es un problema de salud pública mundial que a menudo se puede prevenir. La mayoría de las personas que han pensado en suicidarse no desean morir; simplemente quieren encontrar alivio del dolor físico, mental, emocional o espiritual que están sufriendo. Sin embargo, pueden llegar a un punto de la crisis en el que pierden la esperanza y no hallan solución al dolor, creen que son una carga para otras personas, se vuelven apáticos o insensibles a la muerte y al dolor, o no pueden encontrar razones para vivir.

Es posible reducir el riesgo de suicidio cuando los familiares, amigos, miembros del barrio y profesionales de salud mental trabajan en conjunto para ayudar a quienes tienen dificultades al respecto. Todos deben conocer cuáles son los factores de riesgo y las señales de advertencia del suicidio, y luego procurar ayuda para la persona que esté pensando en suicidarse. El hablar con alguien sobre el suicidio no aumenta la probabilidad de que la persona actúe de acuerdo con sus sentimientos suicidas.

Toda persona debe tomarse en serio cualquier situación en que alguien diga o insinúe que piensa en suicidarse, o en que un ser querido diga o insinúe que alguien corre el riesgo de suicidarse. Todos deben procurar ayudar con amor a fin de consolar, alentar y cuidar a quienes luchen con ese problema, así como a sus familiares.

Lamentablemente, a pesar de que hagamos todo lo posible, el suicidio no siempre puede prevenirse. Cuando ocurre, deja tras de sí un profundo dolor, turbación emocional y preguntas sin respuesta para los familiares y seres queridos. Ante tales situaciones, los líderes y los miembros del barrio deben tratar de fortalecer y apoyar a los integrantes de la familia y a los seres queridos.

El élder Dale G. Renlund dijo: “[La] antigua idea sectaria de que el suicidio es un pecado y que el suicida es desterrado al infierno para siempre es totalmente falsa” (Dale G. Renlund, “Comprender el suicidio”, video).

El élder M. Russell Ballard ha pronunciado estas palabras de consuelo:

“Es obvio que no conocemos todas las circunstancias que hay detrás de todo suicidio; únicamente el Señor las sabe y Él es quien juzgará todas nuestras acciones aquí en la tierra.

“Cuando llegue ese día de juicio, yo pienso que tendrá todas las cosas en cuenta: nuestra composición química y genética, nuestro estado mental, nuestra capacidad intelectual, las enseñanzas que hayamos recibido, las costumbres de nuestros padres, nuestra salud, etc.” (véase “Lo que sabemos y lo que no sabemos sobre el suicidio”, Liahona, marzo de 1988, pág. 18).

Procurar entender

Al hablar con la persona, procure mostrar amor y comprensión tal como el Salvador lo haría. Las experiencias y las circunstancias de la vida son diferentes para todos. Si cree que algún miembro corre el riesgo de intentar suicidarse, considere con espíritu de oración hacer preguntas como las siguientes para poder comprender mejor sus preocupaciones y necesidades:

  • ¿Puede ayudarme a entender lo que siente y lo que está viviendo en este momento?

  • ¿Se le ha diagnosticado alguna dolencia de salud mental? ¿Sigue algún tratamiento prescrito para esa dolencia?

  • ¿Tiene esperanza en que las circunstancias de su vida mejoren?

  • ¿Cuáles son sus razones para vivir?

  • ¿A qué ha recurrido anteriormente para lidiar con esto?

  • ¿Ha intentado hacerse daño alguna vez? ¿Hace cuánto tiempo?

  • ¿Piensa en el suicidio en este momento?

  • ¿Tiene un plan para intentar suicidarse? ¿Ha planificado el momento, el lugar o la forma?

  • ¿Sus familiares, amigos u otras personas son conscientes de los pensamientos que usted tiene?

  • ¿Qué tan dispuesto está a recibir ayuda ahora mismo?

Ayudar a la persona

Al esforzarse por ayudar a la persona, considere las siguientes sugerencias.

Ayude al miembro a hallar esperanza y sanación a través del Salvador Jesucristo.

  • Ayude a la persona a entender el poder habilitador y redentor de Jesucristo.

  • Ayude a la persona a entender que es un hijo o una hija de Dios, y que tiene gran valor.

  • Ayude a la persona a saber que Dios la ama, pase lo que pase.

  • Ayude al miembro a comprender que la sanación no siempre significa la cura de una enfermedad mental en esta vida. Consulte los recursos relativos a la salud mental para obtener más información.

  • Considere la posibilidad de reunirse con regularidad con la persona y con su familia, además de las visitas frecuentes de los líderes de la Iglesia.

  • Ponga a la persona en contacto con otros recursos de la Iglesia, tales como las secciones “Suicidio” y “Salud mental” de LaIglesiadeJesucristo.org, en las que podrá encontrar respuestas a preguntas específicas.

  • Asegúrese de que la persona conozca las líneas directas de prevención del suicidio y que tenga acceso a ayuda en caso de sufrir una crisis.

Consulte fuentes de ayuda profesionales.

  • Si le preocupa la seguridad de alguien o cree que alguien podría intentar suicidarse, comuníquese de inmediato con los servicios médicos de emergencia locales o con la oficina de Servicios para la Familia (donde esté disponible). Los líderes de la Iglesia también pueden llamar a la línea de ayuda de la Iglesia para recibir asistencia al respecto.

  • Esos recursos pueden ayudarlo a encontrar profesionales u organizaciones locales que puedan ayudar a la persona.

Ayude al miembro a recibir el tratamiento adecuado para su afección de salud mental.

  • Ayude a la persona a utilizar los recursos recomendados por Servicios para la Familia o por los servicios médicos de emergencia. Podría ayudarla a fijar una cita para recibir terapia o a acudir al servicio de urgencias del hospital más cercano.

  • Con el permiso de la persona, informe sobre las circunstancias a los familiares pertinentes. Pídales que procuren la guía de los profesionales de salud mental para planificar el modo de poner a salvo a la persona, lo cual podría implicar restringir el acceso a posibles medios de autoinfligirse daño.

  • Según resulte apropiado, manténganse en contacto regularmente con los profesionales de salud mental o con los familiares durante el tratamiento.

  • Si la persona rechazara la ayuda y tuviera un plan para hacerse daño, así como la intención de llevarlo a cabo, comuníquese de inmediato con los servicios de emergencia locales (por ejemplo, con las fuerzas de seguridad) y con sus familiares a fin de llevarla hasta los servicios de emergencia.

Apoyar a la familia

La persona que está en riesgo de intentar suicidarse afecta a la vida de sus familiares. Los padres, cónyuges y otros miembros de la familia generalmente tienen dificultades para saber cómo ayudar a un ser querido en crisis. A menudo se sienten abrumados y es posible que no noten las señales de advertencia. Al esforzarse por ayudar a los familiares, considere las siguientes sugerencias.

Respete la confidencialidad de la situación, a menos que la amenaza sea inminente, que la situación implique a un menor de edad o que la persona o la familia le dé permiso para hablarlo con otras personas.

Determine el efecto que la situación del miembro tiene en su familia y ayude a los familiares a hallar los recursos que necesitan para su propio sostén y guía.

  • Inste a la familia a deliberar juntos en cuanto a las necesidades de la persona y sobre cómo utilizar los recursos disponibles para ayudarla y ayudarse a sí mismos.

  • Si la familia lo desea, reúnase con ella (o recomiende que otros líderes de la Iglesia se reúnan con ella, según resulte apropiado) para trazar un plan completo a fin de cubrir sus necesidades, incluso apoyar al ser querido y planificar su seguridad, y para que reciba la atención profesional y los cuidados espirituales necesarios.

Considere obtener ayuda profesional o terapia individual para los miembros de la familia.

  • Inste al cónyuge, a los padres y a otros miembros de la familia a participar también en la terapia con la persona, si los profesionales de salud mental determinaran que dicha participación es aconsejable y apropiada.

Hacer uso de los recursos del barrio y de la estaca

Considere las siguientes sugerencias al esforzarse por utilizar los recursos del barrio y de la estaca para ayudar a la persona y a la familia. Recuerde que debe respetar la confidencialidad respecto a la situación, a menos que la persona o la familia le concedan permiso para hablar con otras personas al respecto.

Pida a líderes de la Iglesia o a otras personas de confianza que proporcionen apoyo, guía y ayuda constantes a la persona.

Con espíritu de oración, determine quién podría ser alguien de confianza que pueda hacer un seguimiento a la persona con regularidad, y extiéndale una invitación a hacerlo.

  • La persona elegida debe ser alguien con quien la otra persona se sienta cómoda.

  • Además, debe ser alguien con tacto y emocionalmente estable, y podría ser una hermana o un hermano ministrante.

Considere organizar capacitaciones sobre la prevención del suicidio para los miembros del consejo de barrio o de estaca.

  • Use los materiales de los Recursos para orientar o de la sección “Prevención del suicidio y ministración” que se encuentra en LaIglesiadeJesucristo.org.

  • Considere la posibilidad de invitar a algún profesional de los programas de ayuda de la comunidad cercanos para que colabore. La organización Servicios para la Familia (si se halla disponible) o los servicios médicos de urgencias locales pueden contribuir a ubicar esas fuentes de ayuda.